jueves, 9 de diciembre de 2010

Re – Inserción social / Columna de Opinión



Cuando se habla de las drogas (y con esto incluyo a las legales) la actitud prohibicionista y castigadora del Estado chileno no ha colaborado al tema de fondo. ¿Que lleva a consumir? ¿Por qué es tan difícil hablar de rehabilitación?
El contexto social de un drogadicto lo lleva a caer y recaer en el consumo de drogas, alienándose como persona, pero en vez de ayudarlo a salir del círculo vicioso se le castiga confinándolo a estar en una cárcel.
Es en este contexto que el trabajo de la Fundación (Paréntesis) es fundamental. Sus 2 líneas directrices, la salud mental y la reinserción social son bases que permiten hablar de una política de rehabilitación integral.
El consumo de drogas (ilegales) mas allá de ser un delito tipificado, es un problema personal con consecuencias sociales. La persona que comienza a consumir acarrea falencias afectivas familiares, sociales y de autoestima. La fundación en un primer momento busca reparar esas falencias, con apoyo y desalineando a los consumidores, convenciéndolos de su valor como personas y como individuos sociales con un rol dentro de esta sociedad. Esto a través de sus completos  programas terapéuticos ambulatorios y residenciales, de sus prácticas restaurativas, servicios clínicos y apoyo constante.
Logrado este punto, comienza la etapa de reinserción social en el cual el programa de reinserción sociolaboral, es fundamental. A base de capacitaciones logran confirmar al adicto que puede hacer cosas por si solo y le otorgan una nueva oportunidad para ser una persona integra, digna y un actor social que participe de forma autovalente en el mundo que lo rodea.
Esta visión permitirá dar una solución al problema de drogas a largo plazo, porque asi es como son las rehabilitaciones, largas y pedregosas. Castigar y encerrar personas valiosas por si acaso es una aberración y retroceso en nuestra visión sobre las drogas.

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